Desde la Corriente Sindical de Izquierda queremos mostrar nuestra enérgica condena y repulsa ante los graves hechos acaecidos ayer 20 de Julio en Langreo, en los que Pablo Álvarez, concejal de la corporación local, fue agredido a la salida de un supermercado por un miembro de la organización UGT.
Pablo, fue uno de los sindicalistas que desde 2013 fueron sacando a la luz la corrupción y los trapos sucios de UGT, y que hicieron que esta organización fuera condenada por usar el dinero público de los cursos de formación para financiar las estructuras y los sueldos de sus altos cargos. Tenemos claro que la agresión sufrida ayer es una clara represalia y con el ánimo de intimidar a un testigo por el juicio contra UGT.
Las líneas de la CSI son claras ante la corrupción, mucho más cuando hablamos de organizaciones que deberían defender a las y los trabajadores. Por ello, todo nuestro apoyo a Pablo Álvarez y a la gente que pone la cara para defender la honradez y luchar contra la corrupción tan arraigada en determinadas organizaciones y partidos políticos.